sábado, 10 de mayo de 2014

Si existe el multiverso ¿eres Batman en algún otro universo?

En 1985 la editorial DC lanzaba lo que parece ser el primer crossover del género, es decir, una historia donde todos o casi todos los personajes principales de la editorial se veían implicados. El nombre de dicho crossover es Crisis en tierras infinitas.

La idea básica del crossover se centra en la idea del multiverso. El multiverso implica que no hay un solo universo sino infinitos de ellos, en este escenario en cada universo existe un planeta Tierra y los conocidos personajes existen, pero con modificaciones. Por ejemplo, en un uno de esos universos la Liga de la Justicia no existe como tal, sino que sus integrantes, es decir, Batman, Superman, Wonder Woman, Flash, etc. de ese universo, son todos criminales y forman el Sindicato del Crimen.

La idea del multiverso no está exenta de controversia. El concepto empezó a tomar relevancia a partir de los trabajos del físico Alan Guth(1), el cual desarrollo el primero modelo del universo inflacionario. El modelo inflacionario nos explica, entre otras cosas, cómo surge el universo. La primera versión de dicho modelo tenia problemas serios, entre ellos que al final de la época inflacionaria no se obtenía una sopa densa, caliente y homogénea de partículas, algo que sabíamos que debería ser así por otros datos procedentes del campo de la cosmología y la física. Pronto, otros físicos, entre ellos Andre Linde, consiguieron reformular el modelo de Alan Guth, introduciendo ciertos cambios en el mismo y solucionando así los problemas iniciales del modelo inflacionario.

Básicamente lo que encontraron estos físicos es que el falso vacío es inestable y decae al verdadero vacío, por simplificar, podemos decir que la diferencia entre estos dos estados es que el falso vacío tiene más energía que el vacío. El falso vacío tiene unas propiedades extrañas, entre ellas que provoca una expansión exponencial del espacio-tiempo. El mecanismo de forma general es como sigue:

Dado el falso vacío este expandirá el espacio-tiempo de forma exponencial y el falso vacío ira llenado todo ese espacio-tiempo nuevo. En un momento dado, un punto de ese falso vacío decae y se convierte en vacío, durante este proceso la expansión exponencial se va deteniendo y en esa región del espacio donde ha decaído el falso vacío se acaba generando una sopa densa, homogénea y caliente de partículas a partir de ahí esa región que sería lo que nosotros llamamos universo continuaría la evolución normal que describe el modelo cosmológico del Big Bang. Mientras esto ha sucedido el falso vacío ha seguido expandiéndose, con el paso del tiempo otra región también decaerá al vacío y aparecerá otra región que seguirá su propia evolución, y esto sigue así indefinidamente. Esas regiones que van surgiendo es a lo que se les ha dado en llamar universo burbuja o universos de bolsillo, términos más que discutibles, ¿podemos considerar a esas regiones universos por derecho propio? O ¿simplemente son regiones desconectadas casualmente unas de otras pero pertenecientes al mismo universo? Quizás lo mejor sería establecer de forma clara el concepto de universo y luego ver que terminología debería aplicarse para el caso de esa generación de “universos burbuja”. De momento, y por simplicidad, vamos a usar la terminología más utilizada en estos casos, a esas burbujas desconectadas unas de otras las llamaremos universos y al conjunto de todas ellas multiverso. Se supone que en cada uno de esos universos las leyes de la naturaleza no son todas iguales, sino que varían de unos a otros. Sólo falta aclarar que todo esto es ciertamente especulativo, tenemos evidencias científicas de que el universo surge gracias a un periodo inflacionario, algunas de ellas han sido descubiertas hace unas semanas, pero quedan por conocer muchos detalles de ese proceso. Hay científicos como Alan Guth y Andre Linde(2),(3) que defiende que las evidencias encontradas apoyan modelos inflacionarios que generan automáticamente infinidad de universos, otro defensor de que existen esos universos es Max Tegmark, otros, como el profesor Marc Kamionkowski argumentan que los nuevos descubrimientos apoyan el modelo inflacionario pero no dicen nada sobre la existencia de esos otros universos. Aquí surge una cuestión interesante, imaginemos que en actualmente tenemos no solo las evidencias ya disponibles sino muchas más que dan por sentado que el universo pasó por esa época inflacionaria. Es más, supongamos que el modelo que apoyan todas las evidencias es aquel que da como lugar a la formación de otros universos, la cuestión es ¿tenemos que aceptar la existencia de dichos universos? ¿en qué grado deberíamos aceptar dicha existencia?  Lo que tendríamos es, que un modelo físico de cómo surge el universo acierta en todas las predicciones sobre lo referente a ese universo, en este caso el nuestro, pero por definición nunca podremos comprobar lo que dice respecto a esos otros hipotéticos universos, puesto que no podremos medir nada de esos universos. ¿Debemos aceptar que esas otras conclusiones del modelo son acertadas por el mero hecho de que acierta sobre lo que dice del nuestro? Por otro lado, ¿no sería extraño que el modelo acierte en todo sobre nuestro universo pero esté completamente errado en lo demás? Cuestiones que dejamos abiertas para darle vueltas.

Se suele argumentar que la existencia de esos otros universos explicaría el valor que tienen las contrastes y parámetros de nuestro universo, como por ejemplo el valor de la masa del electrón, lo constante de estructura fina, etc. Pero aquí cabe señalar que la mera existencia de una infinidad de universos no explica por qué el valor de esas constantes es el qué es. La existencia de otros universos lo que haría es borrar de un plumazo la supuesta extrañeza de esas constantes, si tenemos un conjunto infinito de universos,  entonces, pueden darse multitud de distintos conjuntos de constantes en cada universo, el conjunto de los valores de las constantes de nuestro universo sería tan raro como cualquier otro conjunto, pero eso no es una explicación. La explicación consistiría en conocer y comprender el proceso físico mediante el cual esas constantes adquieren los valores que tienen.

Esa supuesta extrañeza del valor de las constantes de la naturaleza se suele conocer como ajuste fino, pero lo cierto es que ese supuesto ajuste fino de las constantes de la naturaleza es más que discutible, y parece no ser tal(4),(5).


No obstante, lo que se nos plantea en el universo DC con su multiverso es, que dado que hay infinitos universos entonces todas las posibilidades serán realizadas, es decir, en un universo está, por ejemplo, el Batman que nosotros conocemos, en otro, un Batman que no es héroe sino villano, en otro el universo será exactamente igual al primero salvo, por ejemplo, que en lugar de  que en esté instante Batman esté persiguiendo al Joker está en la Batcueva trazando su plan de acción. Si el multiverso fuera real, más allá de la ficción de las páginas de papel couche, y el número de universos es infinito, entonces ¿existe un universo donde soy un astronauta? O ¿existe un universo igual a este salvo que en lugar de estar escribiendo está entrada estoy simplemente leyendo? O por ponerlo de forma más drástica, si hay infinitos universos, entonces ¿en uno de ellos yo mismo sería Batman?

Este tipo de razonamiento es erróneo, de un conjunto infinito de universos no se sigue que se tengan que dar todas las posibilidades o que algunas de ellas se repitan. El concepto de infinito es difícil de captar y nuestros limitados intelectos fallan al seguir lo que parece sugerir el sentido común. La realidad es que en un conjunto infinito no tienen por qué darse todas las combinaciones posibles. Veamos como lo explica el filósofo Jesús Mosterín(6):

A veces se sugiere que, en una colección infinita de universos, cada Universo posible ha de ser realizado e incluso que ha de ser repetido una infinidad de veces. El multiverso contendría <<infinitos planetas con historias casi exactamente iguales que la de la Tierra, con infinitos seres llamados G.W.Leibniz, por ejemplo>>. Esta sugerencia es errónea. La infinitud no implica que cualquier configuración esté realizada, presente o repetida. Por ejemplo, pensemos en el caso trivial de un conjunto infinito de secuencias binarias sn, como i-ésimo miembro xi=1, si i es distinto de n, y xi=0, si i=n.

s1=01111111111...
s2=10111111111...
s3=11011111111...
s4=11101111111...
s5=11110111111...

Y así sucesivamente. Al recorrer n todos los numeros naturales, obtenemos una infinidad de secuencias binarias que en casi todas sus posiciones son igual a 1, pero que difieren entre ellas en la posición en que son  igual a 0. Este conjunto de secuencias es infinito, pero la gran mayoría de las secuencias es las que podemos pensar no le pertenecen. Y, desde luego, ninguna secuencia se repite.

La idea de multiverso nos permite soñar en la ficción pero al mismo tiempo nos ayuda a mostrarnos que debemos pensar con más cuidado cuando nos enfrentamos a cuestiones relacionadas con el infinito. Y lamentablemente aunque existieran infinitos universos eso no significa que en alguno de ellos seamos Batman, ni siquiera garantiza que existamos en alguno otro universo.

FUENTE: http://www.superfilosofia.com/2014/03/si-existe-el-multiverso-eres-batman-en.html

La ética de Batman y el Capitán América

La ética de Batman y el Capitán América

El mundo de los superhéroes está repleto de decisiones morales, decisiones, que de ponernos en la piel de los superhéroes que las toman, descubriríamos que no son nada fáciles de tomar. Normalmente estamos plenamente convencidos de que nuestras convicciones éticas son las correctas, pero la verdad es que estamos muy lejos de ser tan contundentemente infalibles.

Existen varias teorías éticas, según las cuales, las decisiones morales lo son en función de distintos parámetros. Las dos teorías más conocidas son el deontologismo y el utilitarismo. Al igual que a veces nos guiamos por una de ellas, en otras ocasiones nos dejamos llevar por la otra. A los superhéroes les pasa algo parecido, los hay que siguen al deontologismo mientras otros son seguidores del utilitarismo.

Hoy vamos a centrarnos en el deontologismo. No faltan personajes que practican este sistema ético. Ya en su día hablamos de que el Capitán América parece ser kantiano(1), según vimos parecía guiarse por el imperativo categórico de Kant. Pues bien, el sistema de Kant es un sistema deontológico, es más, se podría afirmar que dicho sistema es el paradigma del deontologismo. Pero demos un salto hacia fuera y preguntémonos cuáles son las características de un sistema deontológico.

La característica principal que presenta un sistema deontológico es que las decisiones morales no pueden justificarse por sus efectos o consecuencias, poco importa lo buenas que pudieran llegar a ser las consecuencias de determinados actos morales, pues esos actos están moralmente prohibidos(2).

Para ilustrar esta idea podemos recurrir a Batman, el Caballero Oscuro. Por encima de todo, Batman tiene una regla que no rompe bajo ningún pretexto, esa regla es que no tiene que matar, para él matar está mal. Por ejemplo, si Batman hubiera matado al Joker la primera vez que tuvo la ocasión de hacerlo, se habría evitado la muerte de mucha gente inocente, se habría evitado mucho dolor y sufrimiento a la ciudad de Gotham. Pero a este respecto Batman se comporta como un autentico deontologista, matar esta mal, es un acto que está moralmente prohibido independientemente de que las consecuencias del mismo fueran muy buenas.

Batman se rige por una regla o norma, "no se debe matar", y esa es la esencia de la ética deontológica, las decisiones se siguen de unas normas o reglas que no deben quebrantarse. O dicho de otro modo, existen un conjunto de deberes que hay que cumplir, Javier Sádaba lo expresa como sigue2:


El deontologismo, en suma, define un conjunto de deberes que hay que cumplir, sean las que sean las consecuencias. Un individuo o una sociedad son justos si respetan los deberes y los derechos correspondientes.



Como se puede apreciar, la ética deontológica pone en un primer plano el deber, es una ética de convicciones que ni se fija ni presta atención a las consecuencias o resultados de las acciones morales. Aquí el ejemplo del Capitán América vuelve a ser esclarecedor. Él considera un deber alistarse para combatir al nazismo, es una decisión moral que él toma porque lo considera un deber. En realidad, él se siente obligado a actuar de esa manera. Es decir, este deber, no es una recomendación o una simple inclinación sino que tiene la fuerza de la necesidad. Para la ética deontológica este deber, este mandato del que no se puede escapar, tiene dos características principales, una que tiene carácter de ley, el imperativo categórico de Kant sería un ejemplo, y otro es que ese deber, ese mandato de necesario cumplimiento, emana de la razón.

Esta concepción del deber como una necesidad que surge de la razón tiene raíces antiguas, por ejemplo, Séneca ya era de esta opinión tal y como explica Norbert Bilbeny(4):

Solo es feliz el sabio virtuoso, recto; aquel que gracias a su razón y posterior fortaleza en al virtud ha conseguido librarse de pasiones como la tristeza. Muy a diferencia, pues, de los hedonistas, el filósofo[Séneca] concluye: “Lo que importa al sabio no es la consecuencia del fin, sino hacerlo todo rectamente”. No se busca lo bueno o recto por nada que no sea él mismo. Lo recto se hace por deber. De modo que si alguien nos pregunta qué se obtiene por haber hecho algo correcto habremos de contestar: “Haberlo hecho; nada más que esto se te promete”. Para Séneca, el valor de los actos buenos está, en fin, en ellos mismos. Llegamos a ellos con el concurso de la razón natural y muy singularmente, después, por la fuerza de la voluntad.


Podemos decir que para la deontología existe una ley, la ley moral. La cual es una máxima que vale para todas las personas. Todos deberíamos seguir dicha ley pues la necesidad de hacerlo emana de la razón que es común a todos los seres humanos.

Cuando miramos a las acciones de Batman o del Capitán América no cuesta ver que se rigen, al menos en la mayoría de los casos, por una ética que responde al modelo deontológico. Ambos comparten, por ejemplo, la máxima de no matar, de hecho el arma que lleva el Capitán América es un escudo, un arma claramente defensiva y no ofensiva, aunque en la versión del personaje en la película “El Capitán América. El primer vengador”(5) los guionistas decidieran hacerle llevar una pistola lo cual violenta la esencia del personaje, dotándolo de cierta incoherencia.

FUENTE: http://www.superfilosofia.com/2013/04/la-etica-de-batman-y-el-capitan-america.html